La industria aérea, fuertemente impactada por la pandemia, comienza a mostrar señales de recuperación, pero el regreso a la rentabilidad está lleno de desafíos que los viajeros frecuentes deben conocer. Aunque la demanda de viajes aéreos se ha recuperado, las aerolíneas enfrentan nuevas realidades económicas marcadas por el aumento de la deuda, los crecientes costos operativos y las interrupciones en la cadena de suministro.
Recuperación financiera y aumento de la deuda
La pandemia forzó a las aerolíneas a adoptar medidas de supervivencia, dependiendo en gran medida del apoyo gubernamental y de préstamos masivos. La deuda colectiva de la industria alcanzó más de 180 mil millones de dólares en 2020, una cifra que representó más de la mitad de los ingresos anuales del sector ese año. Esta carga de deuda está influyendo en las estrategias de las aerolíneas, con aumentos en los precios de los boletos previstos de alrededor del 3 % mientras las empresas intentan gestionar sus obligaciones financieras durante la próxima década. Los altos niveles de deuda también están impulsando un papel más prominente del gobierno en la industria, con mayor participación estatal en aerolíneas como Lufthansa y TAP Air Portugal.
Márgenes de ganancia y desafíos económicos
A pesar de un aumento esperado en los ingresos a casi un billón de dólares en 2024, los márgenes de ganancia de las aerolíneas siguen siendo estrechos. La ganancia promedio por pasajero es de solo 6,14 dólares, lo que destaca la continua lucha del sector con los crecientes costos. Los altos precios del combustible, el aumento de los costos laborales y las interrupciones en la cadena de suministro están ejerciendo una presión significativa sobre las aerolíneas. Las tensiones geopolíticas y los cuellos de botella en la cadena de suministro han elevado los costos del combustible de aviación, que ahora representan el 31 % de los costos operativos de la industria.
Los costos laborales más altos son otro desafío importante. La escasez de personal calificado, combinada con las negociaciones sindicales, ha llevado a un aumento de los salarios para pilotos y tripulaciones de cabina. Esto se ve agravado por los costos de mantenimiento, que han aumentado debido a problemas en la cadena de suministro y a la falta de disponibilidad de espacios en las instalaciones de mantenimiento, reparación y revisión (MRO).
Restricciones de capacidad y problemas de suministro de aeronaves
El impacto de la pandemia en la producción de aeronaves continúa afectando a la industria. Los grandes fabricantes, como Boeing y Airbus, están luchando para aumentar la producción debido a problemas continuos en la cadena de suministro. Recientes defectos descubiertos en la serie 737 MAX de Boeing han llevado a la inmovilización de flotas y a más retrasos en las entregas. Esta interrupción en curso se espera que limite la capacidad de las aerolíneas hasta 2025 y más allá, contribuyendo a un desequilibrio entre oferta y demanda que podría aumentar los precios para los pasajeros.
Dinámicas del mercado y cambios en las tendencias de viaje
El panorama posterior a la pandemia ha visto cambios en el comportamiento de los pasajeros y en las ofertas de las aerolíneas. Con la demanda de viajes de negocios aún rezagada, las aerolíneas están ajustando las configuraciones de sus cabinas para atender mejor a los viajeros de ocio premium. Hay una expansión notable en las clases premium economy y en las configuraciones de clase ejecutiva modificadas para adaptarse a parejas y grupos. Las aerolíneas también están invirtiendo en mejoras digitales, mejorando la experiencia del cliente con mejores sistemas de TI y procesos de check-in y embarque más fluidos, reflejando un esfuerzo más amplio hacia la transformación digital.
Perspectivas futuras
Las perspectivas para la industria aérea indican un retorno gradual a la rentabilidad, con una ganancia neta esperada de 30,5 mil millones de dólares en 2024. Sin embargo, esta recuperación depende en gran medida de resolver las interrupciones en la cadena de suministro, gestionar los costos crecientes y navegar por las incertidumbres geopolíticas y económicas que continúan afectando a los mercados globales. Para los viajeros frecuentes, estas dinámicas significan que, aunque los viajes aéreos se están reanudando, vendrán con una combinación de precios más altos, ofertas de servicios en evolución y posibles retrasos vinculados a los esfuerzos de recuperación más amplios de la industria.
A medida que la industria se estabiliza, los viajeros frecuentes deberían esperar mejoras graduales en los niveles de servicio, aunque con tarifas más altas y desafíos continuos relacionados con la disponibilidad de aeronaves y los costos operativos. La resiliencia de las aerolíneas dependerá en gran medida de su capacidad para innovar y adaptarse a estas nuevas realidades posteriores a la pandemia.